Y estaba yo, sentada delante de Zeus y su hijo.
Ellos me llaman Pandora, me dijeron que mi nombre significa llena de dones,
pero no sé el porqué. Durante ese mismo día
muchos dioses vinieron a verme. Zeus me dijo que ya estaba lista para ir con
los hombres, pero antes me dio un regalo, era una cajita de oro. Yo le dije que
era muy bonita, y le pregunté que qué había dentro. Él me respondió que era
mejor que no lo supiese, y que no la abriese por nada. Yo se lo prometí.
Más tarde un tal Hermes me
condujo hasta la Tierra. Me dejó delante de una casita. Conocí a un chico se
llama Epimeteo. A los pocos días de conocerle me casé con él ya que era muy
amable y buena persona.
Desde que me casé estuve tejiendo y plantando en nuestro bello
jardín. Nos reíamos y cantábamos a todas horas. Pero aún así yo no soy feliz
del todo, porque, hay una voz dentro de
mí que no para de preguntarme que hay dentro de la caja de oro. Más de una vez
me quité la llave que me dio Zeus para abrir la caja, pero al final nunca me
atreví a abrirla, porque se lo prometí a Zeus.
Pero llegó el día un día en el
que no me aguantaba más, la curiosidad no me dejaba ni dormir. Así que abrí la
caja, de repente, sonó un zumbido atronador.
Me arrepentí en el mismo instante, Zeus
había encerrado en aquella caja todas las desgracias. Yo solo había
levantado la tapa un poquito, pero eso era lo suficiente. La Tierra había
quedado aniquilada y todo fue por mi culpa. Pero al final del todo, un leve
viento salió de la caja, una bendición.
Autor: Lidia, 1º ESO D
Editor: Jorge López Álvarez 4º ESO C
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