En la noche de Halloween una
niña llamada María y sus amigos se adentraron en un bosque, para ir a pedir
chucherías al otro barrio.
Era una noche fría con mucha
niebla y en el bosque se veían sombras extrañas, pero los amigos no tenían
miedo hasta que oyeron un disparo. Fueron hacia donde había sonado y entonces
vieron una silueta de un gato brillando entre luces extrañas. El gato se elevó
y, de repente, cayó suavemente, pero ahora era la silueta de un niño. María se
acercó a él y le preguntó que qué había pasado. El niño no contestó, pero le cogió de la mano y tiró de ella para que
le siguiese. Entonces sus amigos y ella siguieron al niño y unos minutos más
tarde, ya adentrados centro del bosque, el niño abrió una puerta en el que
detrás de ella había estatuas. María con un poco de miedo miró las estatuas y
se fijó en una de ellas con forma de payaso en el que ponía “El Príncipe de la Niebla”.
Se giró para ver el resto de
estatuas, entonces oyó un grito y cuando se dio la vuelta de nuevo sus amigos
no estaban, solo quedaba el niño y ella. María asustada miró la estatua del
payaso y se fijó en que esta no estaba, y que el niño tenía los ojos blancos
como la luna. Tras ver sus ojos María salió corriendo pero, no se sabe cómo, el
niño le adelantó. Ella encarcelada por
el pánico quedó paralizada, entonces el supuesto ``Príncipe de la Niebla´´ la
cogió y la arrastró a algún lugar del bosque. Desde esa noche no se volvió a
saber nada de los amigos, ni de María, pero dicen que la noche de Halloween se
oyen los gritos de los niños y se ve vagando la silueta del temido ``Príncipe de
la Niebla´´…
Autor: Lucía 1º ESO D
Editor: Pablo Secades Calvo 4º ESO D
No hay comentarios:
Publicar un comentario